“ Esta es la ciudad de tanto alborozo que estaba sentada en seguridad, que decía en su corazón: ‘Yo soy, y no hay nadie más’. ¡Oh, cómo ha llegado a ser objeto de pasmo, un lugar donde los animales salvajes se echen estirados! Todo el que pase junto a ella silbará; meneará la mano.”
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)