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2 CRONICAS 29 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Comenzó a reinar Ezequías siendo de veinticinco años, y reinó veintinueve años en Jerusalén . El nombre de su madre fue Abías, hija de Zacarías.

2 E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho David su padre.

3 En el primer año de su reinado, en el mes primero, abrió las puertas de la casa de Jehová, y las reparó.

4 E hizo venir los sacerdotes y levitas, y los reunió en la plaza oriental.

5 Y les dijo: ¡Oidme, levitas! Santificaos ahora, y santificad la casa de Jehová el Dios de vuestros padres, y sacad del santuario la inmundicia.

6 Porque nuestros padres se han rebelado, y han hecho lo malo ante los ojos de Jehová nuestro Dios; porque le dejaron, y apartaron sus rostros del tabernáculo de Jehová, y le volvieron las espaldas.

7 Y aun cerraron las puertas del pórtico, y apagaron las lámparas; no quemaron incienso, ni sacrificaron holocausto en el santuario al Dios de Israel.

8 Por tanto, la ira de Jehová ha venido sobre Judá y Jerusalén, y los ha entregado a turbación, y a execración y escarnio, como veis vosotros con vuestros ojos.

9 Y he aquí nuestros padres han caído a espada, y nuestros hijos, nuestras hijas y nuestras mujeres fueron llevados cautivos por esto.

10 Ahora, pues, yo he determinado hacer pacto con Jehová el Dios de Israel, para que aparte de nosotros el ardor de su ira.

11 Hijos míos, no os engañéis ahora, porque Jehová os ha escogido a vosotros para que estéis delante de él, y le sirváis, y seáis sus ministros, y le queméis incienso.

12 Entonces se levantaron los levitas, Mahat hijo de Amasai, y Joel hijo de Azarías, de los hijos de Coat; y de los hijos de Merari, Cis hijo de Abdi, y Azarías hijo de Jehalelel; de los hijos de Gersón, Joa hijo de Zima, y Edén hijo de Joa;

13 de los hijos de Elizafán, Simri y Jeiel; y de los hijos de Asaf, Zacarías y Matanías;

14 de los hijos de Hemán, Jehiel y Simei; y de los hijos de Jedutún, Semaías y Uziel.

15 Estos reunieron a sus hermanos, y se santificaron, y entraron, conforme al mandamiento del rey y las palabras de Jehová, para limpiar la casa de Jehová.

16 Y entrando los sacerdotes dentro de la casa de Jehová para limpiarla, sacaron toda la inmundicia que hallaron en el templo de Jehová, al atrio de la casa de Jehová; y de allí los levitas la llevaron fuera al torrente de Cedrón.

17 Comenzaron a santificarse el día primero del mes primero, y a los ocho del mismo mes vinieron al pórtico de Jehová: y santificaron la casa de Jehová en ocho días, y en el dieciséis del mes primero terminaron.

18 Entonces vinieron al rey Ezequías y le dijeron: Ya hemos limpiado toda la casa de Jehová, el altar del holocausto, y todos sus instrumentos, y la mesa de la proposición con todos sus utensilios.

19 Asimismo hemos preparado y santificado todos los utensilios que en su infidelidad había desechado el rey Acaz, cuando reinaba: y he aquí están delante del altar de Jehová.

20 Y levantándose de mañana el rey Ezequías reunió los principales de la ciudad, y subió a la casa de Jehová.

21 Y presentaron siete novillos, siete carneros, siete corderos, y siete machos cabríos, para expiación por el reino, por el santuario y por Judá. Y dijo a los sacerdotes hijos de Aarón, que los ofreciesen sobre el altar de Jehová.

22 Mataron, pues, los novillos, y los sacerdotes recibieron la sangre, y la esparcieron sobre el altar; mataron luego los carneros, y esparcieron la sangre sobre el altar; asimismo mataron los corderos, y esparcieron la sangre sobre el altar.

23 Después hicieron acercar delante del rey y de la multitud los machos cabríos para la expiación, y pusieron sobre ellos sus manos:

24 Y los sacerdotes los mataron, e hicieron ofrenda de expiación con la sangre de ellos sobre el altar, para reconciliar a todo Israel; porque por todo Israel mandó el rey hacer el holocausto y la expiación.

25 Puso también levitas en la casa de Jehová con címbalos, salterios, y arpas, conforme al mandamiento de David, de Gad vidente del rey, y del profeta Natán: porque aquel mandamiento procedía de Jehová por medio de sus profetas.

26 Y los levitas estaban con los instrumentos de David, y los sacerdotes con trompetas.

27 Entonces mandó Ezequías sacrificar el holocausto en el altar; y cuando comenzó el holocausto, comenzó también el cántico de Jehová, con las trompetas y los instrumentos de David rey de Israel.

28 Y toda la multitud adoraba, y los cantores cantaban, y los trompeteros sonaban las trompetas; todo hasta duró hasta consumirse el holocausto.

29 Y cuando acabaron de ofrecer, se inclinó el rey, y todos los que con él estaban, y adoraron.

30 Entonces el rey Ezequías y los príncipes dijeron a los levitas que alabasen a Jehová con las palabras de David y de Asaf vidente: y ellos alabaron con gran alegría, y se inclinaron y adoraron.

31 Y respondiendo Ezequías dijo: Vosotros os habéis consagrado ahora a Jehová; acercaos, pues, y presentad sacrificios y alabanzas en la casa de Jehová. Y la multitud presentó sacrificios y alabanzas; y todos los generosos de corazón trajeron holocaustos.

32 Y fue el número de los holocaustos que trajo la congregación, setenta bueyes, cien carneros y doscientos corderos; todo para el holocausto de Jehová.

33 Y las ofrendas fueron seiscientos bueyes, y tres mil ovejas.

34 Mas los sacerdotes eran pocos, y no bastaban para desollar los holocaustos; y así sus hermanos los levitas les ayudaron hasta que acabaron la obra, y hasta que los demás sacerdotes se santificaron: porque los levitas fueron más rectos de corazón para santificarse, que los sacerdotes.

35 Así, pues, hubo abundancia de holocaustos, con grosura de las ofrendas de paz, y libaciones para cada holocausto. Y quedó restablecido el servicio de la casa de Jehová.

36 Y se alegró Ezequías con todo el pueblo, de que Dios hubiese preparado el pueblo; porque la cosa fue hecha rápidamente.

  X


1 Ezequías mismo llegó a ser rey a la edad de veinticinco años, y por veintinueve años reinó en Jerusalén. Y el nombre de su madre fue Abías hija de Zacarías.

2 Y él siguió haciendo lo que era recto a los ojos de Jehová, conforme a todo lo que había hecho David su antepasado.

3 Él mismo, en el primer año de reinar, en el primer mes, abrió las puertas de la casa de Jehová y empezó a repararlas.

4 Entonces trajo a los sacerdotes y los levitas y los reunió en el lugar abierto al oriente.

5 Y procedió a decirles: “Escúchenme, levitas. Ahora santifíquense y santifiquen la casa de Jehová el Dios de sus antepasados, y saquen del lugar santo la cosa impura.

6 Porque nuestros padres han actuado infielmente y han hecho lo que era malo a los ojos de Jehová nuestro Dios, de manera que lo dejaron y volvieron el rostro en dirección opuesta al tabernáculo de Jehová y presentaron la parte posterior del cuello.

7 También cerraron las puertas del pórtico y mantuvieron apagadas las lámparas, y no quemaron incienso, y no ofrecieron sacrificio quemado en el lugar santo al Dios de Israel.

8 Y la indignación de Jehová vino a estar contra Judá y Jerusalén, de modo que él los constituyó en objeto ante el cual temblar, objeto de pasmo y causa de silbido, tal como ustedes lo están viendo con sus propios ojos.

9 Y miren que nuestros antepasados cayeron a espada, y nuestros hijos y nuestras hijas y nuestras esposas estuvieron en cautiverio por esto.

10 Ahora está junto a mi corazón el celebrar un pacto con Jehová el Dios de Israel, para que su cólera ardiente se vuelva de contra nosotros.

11 Ahora, hijos míos, no se entreguen al descanso, porque ustedes son aquellos a quienes Jehová ha escogido para estar de pie delante de él para ministrarle y para continuar como sus ministros y hacedores de humo de sacrificio”.

12 Ante eso, se levantaron los levitas: Máhat hijo de Amasai y Joel hijo de Azarías de los hijos de los qohatitas; y de los hijos de Merarí: Quis hijo de Abdí y Azarías hijo de Jehalelel; y de los guersonitas: Joah hijo de Zimá y Edén hijo de Joah;

13 y de los hijos de Elizafán: Simrí y Jeuel; y de los hijos de Asaf: Zacarías y Matanías;

14 y de los hijos de Hemán: Jehiel y Simeí; y de los hijos de Jedutún: Semaya y Uziel.

15 Entonces reunieron a sus hermanos y se santificaron y vinieron conforme al mandamiento del rey en las palabras de Jehová, para limpiar la casa de Jehová.

16 Los sacerdotes ahora entraron dentro de la casa de Jehová para hacer la limpieza, y sacaron al patio de la casa de Jehová toda la inmundicia que hallaron en el templo de Jehová. A su vez, los levitas la recibieron para sacarla al valle torrencial de Cedrón, afuera.

17 Así comenzaron la santificación el [día] primero del primer mes, y el día octavo del mes llegaron al pórtico de Jehová; de modo que santificaron la casa de Jehová en ocho días, y el día dieciséis del mes primero acabaron.

18 Después fueron adentro a Ezequías el rey y dijeron: “Hemos limpiado toda la casa de Jehová, el altar de la ofrenda quemada y todos sus utensilios, y la mesa del pan en capas y todos sus utensilios.

19 Y todos los utensilios que el rey Acaz removió del empleo durante su reinado en su infidelidad los hemos preparado, y los hemos santificado; y allí están delante del altar de Jehová”.

20 Y Ezequías el rey procedió a levantarse muy de mañana y a reunir a los príncipes de la ciudad y a subir a la casa de Jehová.

21 Y vinieron trayendo siete toros y siete carneros y siete corderos y siete machos cabríos como ofrenda por el pecado a favor del reino y a favor del santuario y a favor de Judá. Por lo tanto, dijo a los hijos de Aarón los sacerdotes que los ofrecieran sobre el altar de Jehová.

22 Por consiguiente, ellos degollaron las reses vacunas, y los sacerdotes recibieron la sangre y la rociaron sobre el altar; después de lo cual degollaron los carneros y rociaron la sangre sobre el altar, y degollaron los corderos y rociaron la sangre sobre el altar.

23 Entonces acercaron los machos cabríos de la ofrenda por el pecado ante el rey y la congregación, y pusieron las manos sobre ellos.

24 Los sacerdotes ahora los degollaron e hicieron una ofrenda por el pecado con su sangre sobre el altar, para hacer expiación por todo Israel; porque por todo Israel dijo el rey [que había de ser] la ofrenda quemada y la ofrenda por el pecado.

25 Entretanto, hizo que los levitas se apostaran en la casa de Jehová, con címbalos, con instrumentos de cuerda y con arpas, por el mandamiento de David y de Gad el hombre de visiones del rey y de Natán el profeta, porque por mano de Jehová fue el mandamiento por medio de sus profetas.

26 De manera que los levitas se mantuvieron de pie con los instrumentos de David, y también los sacerdotes con las trompetas.

27 Entonces Ezequías dijo que se ofreciera el sacrificio quemado sobre el altar; y al tiempo en que comenzó la ofrenda quemada, comenzó el canto de Jehová y también las trompetas, aun bajo la dirección de los instrumentos de David el rey de Israel.

28 Y toda la congregación estaba inclinándose mientras el canto resonaba y las trompetas daban fuerte sonido... todo esto hasta que quedó terminada la ofrenda quemada.

29 Y tan pronto como acabaron de ofrecerla, el rey y todos los que se hallaban con él se inclinaron y se postraron.

30 Ezequías el rey y los príncipes ahora dijeron a los levitas que alabaran a Jehová con las palabras de David y de Asaf el hombre de visiones. De manera que ellos se pusieron a ofrecer alabanza hasta con regocijo, y siguieron inclinándose y postrándose.

31 Finalmente Ezequías respondió y dijo: “Ahora ustedes han llenado su mano con poder para Jehová. Acérquense, y traigan sacrificios y sacrificios de acción de gracias a la casa de Jehová”. Y la congregación empezó a traer sacrificios y sacrificios de acción de gracias, y también, todo el de corazón dispuesto, ofrendas quemadas.

32 Y el número de ofrendas quemadas que la congregación trajo llegó a ser setenta reses vacunas, cien carneros, doscientos corderos... todos estos como ofrenda quemada a Jehová;

33 y también las ofrendas santas, seiscientas reses vacunas y tres mil del rebaño.

34 Solo que los sacerdotes mismos resultaron ser muy pocos, y no les era posible desollar todas las ofrendas quemadas. De modo que sus hermanos los levitas les ayudaron hasta que el trabajo quedó terminado y hasta que los sacerdotes pudieron santificarse, porque los levitas eran más rectos de corazón para santificarse que los sacerdotes.

35 Y, también, de las ofrendas quemadas hubo una gran cantidad, con los trozos grasos de los sacrificios de comunión y con las libaciones para las ofrendas quemadas. Así se preparó el servicio de la casa de Jehová.

36 Por consiguiente, Ezequías y todo el pueblo se regocijaron por el hecho de que el Dios [verdadero] había hecho preparación para el pueblo, porque fue de repente que la cosa había ocurrido.