< Anterior |
Siguiente > |
1 Estas son las palabras postreras de David. Dijo David hijo de Isaí, Dijo aquel varón que fue levantado en alto, El ungido del Dios de Jacob, El dulce cantor de Israel:
2 El Espíritu de Jehová ha hablado por mí, Y su palabra ha estado en mi lengua.
3 El Dios de Israel ha dicho, Me habló la Roca de Israel: Habrá un justo que gobierne entre los hombres, Que gobierne en el temor de Dios.
4 Será como la luz de la mañana, Como el resplandor del sol en una mañana sin nubes, Como la lluvia que hace brotar la hierba de la tierra.
5 No es así mi casa para con Dios; Sin embargo, él ha hecho conmigo pacto perpetuo, Ordenado en todas las cosas, y será guardado, Aunque todavía no haga él florecer Toda mi salvación y mi deseo.
6 Mas los impíos serán todos ellos como espinos arrancados, Los cuales nadie toma con la mano;
7 Sino que el que quiere tocarlos Se arma de hierro y de asta de lanza, Y son del todo quemados en su lugar.
8 Estos son los nombres de los valientes que tuvo David: Joseb-basebet el tacmonita, principal de los capitanes; éste era Adino el eznita, que mató a ochocientos hombres en una ocasión.
9 Después de éste, Eleazar hijo de Dodo, ahohíta, uno de los tres valientes que estaban con David cuando desafiaron a los filisteos que se habían reunido allí para la batalla, y se habían alejado los hombres de Israel.
10 Este se levantó e hirió a los filisteos hasta que su mano se cansó, y quedó pegada su mano a la espada. Aquel día Jehová dio una gran victoria, y se volvió el pueblo en pos de él tan sólo para recoger el botín.
11 Después de éste fue Sama hijo de Age, ararita. Los filisteos se habían reunido en Lehi, donde había un pequeño terreno lleno de lentejas, y el pueblo había huido delante de los filisteos.
12 El entonces se paró en medio de aquel terreno y lo defendió, y mató a los filisteos; y Jehová dio una gran victoria.
13 Y tres de los treinta jefes descendieron y vinieron en tiempo de la siega a David en la cueva de Adulam; y el campamento de los filisteos estaba en el valle de Refaim.
14 David entonces estaba en el lugar fuerte, y había en Belén una guarnición de los filisteos.
15 Y David dijo con vehemencia: ¡Quién me diera a beber del agua del pozo de Belén que está junto a la puerta!
16 Entonces los tres valientes irrumpieron por el campamento de los filisteos, y sacaron agua del pozo de Belén que estaba junto a la puerta; y tomaron, y la trajeron a David; mas él no la quiso beber, sino que la derramó para Jehová, diciendo:
17 Lejos sea de mí, oh Jehová, que yo haga esto. ¿He de beber yo la sangre de los varones que fueron con peligro de su vida? Y no quiso beberla. Los tres valientes hicieron esto.
18 Y Abisai hermano de Joab, hijo de Sarvia, fue el principal de los treinta. Este alzó su lanza contra trescientos, a quienes mató, y ganó renombre con los tres.
19 El era el más renombrado de los treinta, y llegó a ser su jefe; mas no igualó a los tres primeros.
20 Después, Benaía hijo de Joiada, hijo de un varón esforzado, grande en proezas, de Cabseel. Este mató a dos leones de Moab; y él mismo descendió y mató a un león en medio de un foso cuando estaba nevando.
21 También mató él a un egipcio, hombre de gran estatura; y tenía el egipcio una lanza en su mano, pero descendió contra él con un palo, y arrebató al egipcio la lanza de la mano, y lo mató con su propia lanza.
22 Esto hizo Benaía hijo de Joiada, y ganó renombre con los tres valientes.
23 Fue renombrado entre los treinta, pero no igualó a los tres primeros. Y lo puso David como jefe de su guardia personal.
24 Asael hermano de Joab fue de los treinta; Elhanán hijo de Dodo de Belén,
25 Sama harodita, Elica harodita,
26 Heles paltita, Ira hijo de Iques, tecoíta,
27 Abiezer anatotita, Mebunai husatita,
28 Salmón ahohíta, Maharai netofatita,
29 Heleb hijo de Baana, netofatita, Itai hijo de Ribai, de Gabaa de los hijos de Benjamín,
30 Benaía piratonita, Hidai del arroyo de Gaas,
31 Abi-albón arbatita, Azmavet barhumita,
32 Eliaba saalbonita, Jonatán de los hijos de Jasén,
33 Sama ararita, Ahíam hijo de Sarar, ararita,
34 Elifelet hijo de Ahasbai, hijo de Maaca, Eliam hijo de Ahitofel, gilonita,
35 Hezrai carmelita, Paarai arbita,
36 Igal hijo de Natán, de Soba, Bani gadita,
37 Selec amonita, Naharai beerotita, escudero de Joab hijo de Sarvia,
38 Ira itrita, Gareb itrita,
39 Urías heteo; treinta y siete por todos.
1 Y estas son las últimas palabras de David: “La expresión de David hijo de Jesé, y la expresión del hombre físicamente capacitado que fue levantado en alto, el ungido del Dios de Jacob, y el agradable de las melodías de Israel.
2 El espíritu de Jehová fue lo que habló por mí, y su palabra estuvo sobre mi lengua.
3 El Dios de Israel dijo, me habló la Roca de Israel: ‘Cuando el que gobierna sobre la humanidad es justo, gobernando en el temor de Dios,
4 entonces es como la luz de la mañana, cuando brilla el sol, una mañana sin nubes. Del resplandor, de la lluvia, hay hierba procedente de la tierra’.
5 Pues, ¿no es mi casa semejante a eso con Dios? Porque es un pacto de duración indefinida el que me ha asignado, muy bien ordenado en todo y hecho seguro. Porque es toda mi salvación y todo mi deleite, ¿acaso no es por eso por lo que él lo hará crecer?
6 Pero a personas que no sirven para nada se les hace huir, como zarzas, todas ellas; porque no es por la mano que deben ser tomadas.
7 Cuando las toca un hombre debe estar plenamente armado de hierro y del asta de lanza, y con fuego serán quemadas por completo”.
8 Estos son los nombres de los hombres poderosos que pertenecían a David: Joseb-basébet tahkemonita, el cabeza de los tres. Estuvo blandiendo su lanza sobre ochocientos que fueron muertos de una sola vez.
9 Después de él Eleazar hijo de Dodó hijo de Ahohí figuraba entre los tres hombres poderosos [que estaban] con David cuando desafiaron con escarnio a los filisteos. Ellos se habían reunido allí para la batalla, y así que los hombres de Israel se retiraron.
10 Él fue quien se levantó y siguió derribando a los filisteos hasta que se le cansó la mano, y su mano se quedó adherida a la espada, de modo que Jehová ejecutó una gran salvación en aquel día; y en cuanto a la gente, volvió detrás de él solo para despojar [a los derribados].
11 Y después de él fue Samah hijo de Agué el hararita. Y los filisteos procedieron a reunirse en Lehí, donde sucedió que había entonces una porción del campo llena de lentejas; y el pueblo mismo huyó a causa de los filisteos.
12 Pero él se plantó en medio de la porción [del campo] y la libró y siguió derribando a los filisteos, de modo que Jehová ejecutó una gran salvación.
13 Y tres de los treinta cabezas procedieron a descender y venir al tiempo de [la] siega, a David en la cueva de Adulam; y una aldea de tiendas de los filisteos estaba acampada en la llanura baja de los refaím.
14 Y David entonces estaba en el lugar de difícil acceso; y una avanzada de los filisteos estaba entonces en Belén.
15 Después de un rato David expresó su deseo vehemente y dijo: “¡Ay, que pudiera yo beber del agua de la cisterna de Belén que está a la puerta!”.
16 Ante esto, los tres hombres poderosos se abrieron paso por fuerza en el campamento de los filisteos y sacaron agua de la cisterna de Belén que está a la puerta, y vinieron llevándola y trayéndosela a David; y él no consintió en beberla, sino que se la derramó a Jehová.
17 Y pasó a decir: “¡Es inconcebible de parte mía, oh Jehová, que yo haga esto! ¿[Beberé yo] la sangre de los hombres que fueron a riesgo de sus almas?”. Y no consintió en beberla. Estas son las cosas que hicieron los tres hombres poderosos.
18 En cuanto a Abisai hermano de Joab hijo de Zeruyá, él era el cabeza de los treinta, y estuvo blandiendo su lanza sobre trescientos que fueron muertos, y tenía una reputación como la de los tres.
19 Aunque era distinguido hasta más que los demás de los treinta, y vino a ser su jefe, no llegó al nivel de los tres [primeros].
20 En cuanto a Benaya hijo de Jehoiadá hijo de un hombre valiente, que hizo muchas hazañas en Qabzeel, él mismo derribó a los dos hijos de Ariel de Moab; y él mismo descendió y derribó a un león dentro de una cisterna en un día de nieve.
21 Y él fue quien derribó al egipcio que era de tamaño extraordinario. Aunque había una lanza en la mano del egipcio, no obstante procedió a bajar a él con una vara, y arrebató la lanza de la mano del egipcio y lo mató con su propia lanza.
22 Estas cosas hizo Benaya hijo de Jehoiadá; y tenía una reputación como la de los tres hombres poderosos.
23 Aunque era distinguido hasta más que los treinta, no llegó al nivel de los tres; pero David lo nombró a su propia guardia de corps.
24 Asahel hermano de Joab figuraba entre los treinta; Elhanán hijo de Dodó de Belén,
25 Samah el harodita, Eliqá el harodita,
26 Hélez el paltita, Irá hijo de Iqués el teqoíta,
27 Abí-ézer el anatotita, Mebunai el husatita,
28 Zalmón el ahohíta, Maharai el netofatita,
29 Héleb hijo de Baanah el netofatita, Ittai hijo de Ribai, de Guibeah de los hijos de Benjamín,
30 Benaya piratonita, Hidai, de los valles torrenciales de Gaas,
31 Abí-albón el arbatita, Azmávet el bar-humita,
32 Eliahbá el saalbonita, los hijos de Jasén, Jonatán,
33 Samah el hararita, Ahiam hijo de Sarar el hararita,
34 Elifélet hijo de Ahasbai hijo del maacatita, Eliam hijo de Ahitofel el guilonita,
35 Hezró el carmelita, Paarai el arbita,
36 Igal hijo de Natán de Zobá, Baní el gadita,
37 Zéleq el ammonita, Naharai el beerotita, escuderos de Joab hijo de Zeruyá,
38 Irá el itrita, Gareb el itrita,
39 Urías el hitita... treinta y siete en conjunto.