< Anterior |
Siguiente > |
1 El rey Belsasar hizo un gran banquete a mil de sus príncipes, y en presencia de los mil bebía vino.
2 Belsasar, con el gusto del vino, mandó que trajesen los vasos de oro y de plata que Nabucodonosor su padre había traído del templo de Jerusalén, para que bebiesen en ellos el rey y sus grandes, sus mujeres y sus concubinas.
3 Entonces fueron traídos los vasos de oro que habían traído del templo de la casa de Dios que estaba en Jerusalén, y bebieron en ellos el rey y sus príncipes, sus mujeres y sus concubinas.
4 Bebieron vino, y alabaron a los dioses de oro y de plata, de bronce, de hierro, de madera y de piedra.
5 En aquella misma hora aparecieron los dedos de una mano de hombre, que escribía delante del candelero sobre lo encalado de la pared del palacio real, y el rey veía la mano que escribía.
6 Entonces el rey palideció, y sus pensamientos lo turbaron, y se debilitaron sus lomos, y sus rodillas daban la una contra la otra.
7 El rey gritó en alta voz que hiciesen venir magos, caldeos y adivinos; y dijo el rey a los sabios de Babilonia: Cualquiera que lea esta escritura y me muestre su interpretación, será vestido de púrpura, y un collar de oro llevará en su cuello, y será el tercer señor en el reino.
8 Entonces fueron introducidos todos los sabios del rey, pero no pudieron leer la escritura ni mostrar al rey su interpretación.
9 Entonces el rey Belsasar se turbó sobremanera, y palideció, y sus príncipes estaban perplejos.
10 La reina, por las palabras del rey y de sus príncipes, entró a la sala del banquete, y dijo: Rey, vive para siempre; no te turben tus pensamientos, ni palidezca tu rostro.
11 En tu reino hay un hombre en el cual mora el espíritu de los dioses santos, y en los días de tu padre se halló en él luz e inteligencia y sabiduría, como sabiduría de los dioses; al que el rey Nabucodonosor tu padre, oh rey, constituyó jefe sobre todos los magos, astrólogos, caldeos y adivinos,
12 por cuanto fue hallado en él mayor espíritu y ciencia y entendimiento, para interpretar sueños y descifrar enigmas y resolver dudas; esto es, en Daniel, al cual el rey puso por nombre Beltsasar. Llámese, pues, ahora a Daniel, y él te dará la interpretación.
13 Entonces Daniel fue traído delante del rey. Y dijo el rey a Daniel: ¿Eres tú aquel Daniel de los hijos de la cautividad de Judá, que mi padre trajo de Judea?
14 Yo he oído de ti que el espíritu de los dioses santos está en ti, y que en ti se halló luz, entendimiento y mayor sabiduría.
15 Y ahora fueron traídos delante de mí sabios y astrólogos para que leyesen esta escritura y me diesen su interpretación; pero no han podido mostrarme la interpretación del asunto.
16 Yo, pues, he oído de ti que puedes dar interpretaciones y resolver dificultades. Si ahora puedes leer esta escritura y darme su interpretación, serás vestido de púrpura, y un collar de oro llevarás en tu cuello, y serás el tercer señor en el reino.
17 Entonces Daniel respondió y dijo delante del rey: Tus dones sean para ti, y da tus recompensas a otros. Leeré la escritura al rey, y le daré la interpretación.
18 El Altísimo Dios, oh rey, dio a Nabucodonosor tu padre el reino y la grandeza, la gloria y la majestad.
19 Y por la grandeza que le dio, todos los pueblos, naciones y lenguas temblaban y temían delante de él. A quien quería mataba, y a quien quería daba vida; engrandecía a quien quería, y a quien quería humillaba.
20 Mas cuando su corazón se ensoberbeció, y su espíritu se endureció en su orgullo, fue depuesto del trono de su reino, y despojado de su gloria.
21 Y fue echado de entre los hijos de los hombres, y su mente se hizo semejante a la de las bestias, y con los asnos monteses fue su morada. Hierba le hicieron comer como a buey, y su cuerpo fue mojado con el rocío del cielo, hasta que reconoció que el Altísimo Dios tiene dominio sobre el reino de los hombres, y que pone sobre él al que le place.
22 Y tú, su hijo Belsasar, no has humillado tu corazón, sabiendo todo esto;
23 sino que contra el Señor del cielo te has ensoberbecido, e hiciste traer delante de ti los vasos de su casa, y tú y tus grandes, tus mujeres y tus concubinas, bebisteis vino en ellos; además de esto, diste alabanza a dioses de plata y oro, de bronce, de hierro, de madera y de piedra, que ni ven, ni oyen, ni saben; y al Dios en cuya mano está tu vida, y cuyos son todos tus caminos, nunca honraste.
24 Entonces de su presencia fue enviada la mano que trazó esta escritura.
25 Y la escritura que trazó es: MENE, MENE, TEKEL, UPARSIN.
26 Esta es la interpretación del asunto: MENE: Contó Dios tu reino, y le ha puesto fin.
27 TEKEL: Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto.
28 PERES: Tu reino ha sido roto, y dado a los medos y a los persas.
29 Entonces mandó Belsasar vestir a Daniel de púrpura, y poner en su cuello un collar de oro, y proclamar que él era el tercer señor del reino.
30 La misma noche fue muerto Belsasar rey de los caldeos.
31 Y Darío de Media tomó el reino, siendo de sesenta y dos años.
1 En lo que respecta a Belsasar el rey, él hizo un gran festín para mil de sus grandes, y enfrente de los mil estuvo bebiendo vino.
2 Belsasar, bajo la influencia del vino, dijo que trajeran los vasos de oro y de plata que Nabucodonosor su padre se había llevado del templo que hubo en Jerusalén, para que bebieran de ellos el rey y sus grandes, sus concubinas y sus esposas secundarias.
3 En aquel tiempo trajeron los vasos de oro que se habían llevado del templo de la casa de Dios que hubo en Jerusalén, y bebieron de ellos el rey y sus grandes, sus concubinas y sus esposas secundarias.
4 Bebieron vino, y alabaron a los dioses de oro y de plata, cobre, hierro, madera y piedra.
5 En aquel momento los dedos de la mano de un hombre salieron, y escribían enfrente del candelabro sobre el enlucido de la pared del palacio del rey, y el rey contemplaba el dorso de la mano que escribía.
6 En aquel tiempo, en lo que respecta al rey, su expresión misma se cambió en él, y sus propios pensamientos empezaron a asustarlo, y las coyunturas de sus caderas estuvieron aflojándose, y sus rodillas mismas daban una contra otra.
7 El rey gritaba con fuerza que trajeran a los sortílegos, los caldeos y los astrólogos. El rey respondía y decía a los sabios de Babilonia: “A cualquier hombre que lea esta escritura y me muestre su interpretación misma, con púrpura será vestido, con un collar de oro alrededor de su cuello, y como el tercero en el reino gobernará”.
8 En aquel tiempo todos los sabios del rey entraban, pero no fueron lo suficientemente competentes como para leer la escritura misma ni hacer saber al rey la interpretación.
9 Por consiguiente, el rey Belsasar quedó muy asustado, y su expresión cambiaba dentro de él; y sus grandes quedaron perplejos.
10 En lo que respecta a la reina, debido a las palabras del rey y sus grandes entró directamente en el salón de banquetes. La reina respondió y dijo: “Oh rey, sigue viviendo aun hasta tiempos indefinidos. No dejes que tus pensamientos te asusten, ni dejes que tu expresión cambie.
11 Existe en tu reino un hombre capacitado en el cual hay el espíritu de dioses santos; y en los días de tu padre se hallaron en él iluminación y perspicacia y sabiduría como la sabiduría de dioses, y el rey Nabucodonosor tu padre mismo lo colocó como jefe de los sacerdotes practicantes de magia, los sortílegos, los caldeos [y] los astrólogos, [aun] tu padre, oh rey;
12 puesto que un espíritu extraordinario y conocimiento y perspicacia para interpretar sueños y la explicación de enigmas y el desatar nudos se habían hallado en él, en Daniel, a quien el rey mismo dio el nombre de Beltsasar. Ahora que se llame a Daniel mismo, para que muestre la interpretación misma”.
13 De acuerdo con esto, trajeron a Daniel mismo delante del rey. El rey se expresaba y decía a Daniel: “¿Eres tú el Daniel que es de los desterrados de Judá, a quien el rey mi padre sacó de Judá?
14 También he oído acerca de ti que el espíritu de dioses está en ti, e iluminación y perspicacia y sabiduría extraordinaria se han hallado en ti.
15 Y ahora se ha traído delante de mí a los sabios [y] los sortílegos, para leer esta misma escritura, hasta para hacerme saber su interpretación, pero no son lo suficientemente competentes como para mostrar la interpretación misma de la palabra.
16 Y yo mismo he oído acerca de ti, que tú puedes suministrar interpretaciones y desatar los nudos mismos. Ahora, si puedes leer la escritura y hacerme saber su interpretación misma, con púrpura serás vestido, con un collar de oro alrededor del cuello, y como el tercero en el reino gobernarás”.
17 En aquel tiempo Daniel respondía y decía delante del rey: “Tus dádivas resulten para ti mismo, y tus regalos da a otros, sí. No obstante, leeré la escritura misma al rey, y la interpretación le haré saber.
18 En cuanto a ti, oh rey, el Dios Altísimo mismo dio a Nabucodonosor tu padre el reino y la grandeza y la dignidad y la majestad.
19 Y debido a la grandeza que Él le dio, todos los pueblos, grupos nacionales y lenguajes resultaron estar temblando y mostrando temor delante de él. A quien quería, mataba; y a quien quería, hería; y a quien quería, ensalzaba; y a quien quería, humillaba.
20 Pero cuando su corazón se hizo altivo y su propio espíritu se hizo duro, de modo que actuó presuntuosamente, fue bajado del trono de su reino, y su propia dignidad le fue quitada.
21 Y de los hijos de la humanidad fue echado, y su corazón mismo fue hecho como el de una bestia, y con los asnos salvajes su morada fue. Vegetación le daban a comer tal como a toros, y con el rocío de los cielos su propio cuerpo llegó a ser mojado, hasta que supo que el Dios Altísimo es Gobernante en el reino de la humanidad, y que a aquel a quien quiere coloca sobre él.
22 ”Y en cuanto a ti, su hijo Belsasar, tú no has humillado tu corazón, aunque sabías todo esto.
23 Antes bien, contra el Señor de los cielos te ensalzaste, y trajeron delante de ti hasta los vasos de su casa; y tú mismo y tus grandes, tus concubinas y tus esposas secundarias han estado bebiendo vino de ellos, y tú has alabado a meros dioses de plata y de oro, cobre, hierro, madera y piedra, que nada contemplan y nada oyen y nada saben; pero al Dios en cuya mano tu aliento está, y al cual pertenecen todos tus caminos, no has glorificado.
24 Por consiguiente, de delante de él se enviaba el dorso de una mano, y esta misma escritura se inscribió.
25 Y esta es la escritura que se inscribió: MENÉ, MENÉ, TEQUEL y PARSÍN.
26 ”Esta es la interpretación de la palabra: MENÉ: Dios ha numerado [los días de] tu reino y lo ha terminado.
27 ”TEQUEL: has sido pesado en la balanza y has sido hallado deficiente.
28 ”PERÉS: tu reino ha sido dividido y dado a los medos y los persas”.
29 En aquel tiempo Belsasar mandó, y vistieron a Daniel con púrpura, con un collar de oro alrededor del cuello; y por heraldo anunciaron, acerca de él, que había de llegar a ser el tercer gobernante en el reino.
30 En aquella misma noche Belsasar el rey caldeo fue muerto,
31 y Darío el medo mismo recibió el reino, cuando era de unos sesenta y dos años de edad.