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ESDRAS 8 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Estos son los jefes de casas paternas, y la genealogía de aquellos que subieron conmigo de Babilonia, reinando el rey Artajerjes:

2 De los hijos de Finees, Gersón; de los hijos de Itamar, Daniel; de los hijos de David, Hatús.

3 De los hijos de Secanías y de los hijos de Paros, Zacarías, y con él, en la línea de varones, ciento cincuenta.

4 De los hijos de Pahat-moab, Elioenai hijo de Zeraías, y con él doscientos varones.

5 De los hijos de Secanías, el hijo de Jahaziel, y con él trescientos varones.

6 De los hijos de Adín, Ebed hijo de Jonatán, y con él cincuenta varones.

7 De los hijos de Elam, Jesaías hijo de Atalías, y con él setenta varones.

8 De los hijos de Sefatías, Zebadías hijo de Micael, y con él ochenta varones.

9 De los hijos de Joab, Obadías hijo de Jehiel, y con él doscientos dieciocho varones.

10 De los hijos de Selomit, el hijo de Josifías, y con él ciento sesenta varones.

11 De los hijos de Bebai, Zacarías hijo de Bebai, y con él veintiocho varones.

12 De los hijos de Azgad, Johanán hijo de Hacatán, y con él ciento diez varones;

13 De los hijos de Adonicam, los postreros, cuyos nombres son estos: Elifelet, Jeiel y Semaías, y con ellos sesenta varones.

14 Y de los hijos de Bigvai, Utai y Zabud, y con ellos sesenta varones.

15 Los reuní junto al río que viene a Ahava, y acampamos allí tres días; y habiendo buscado entre el pueblo y entre los sacerdotes, no hallé allí de los hijos de Leví.

16 Entonces despaché a Eliezer, Ariel, Semaías, Elnatán, Jarib, Elnatán, Natán, Zacarías y Mesulam, hombres principales, asimismo a Joiarib y a Elnatán, hombres doctos;

17 y los envié a Iddo, jefe en el lugar llamado Casifia, y puse en boca de ellos las palabras que habían de hablar a Iddo, y a sus hermanos los sirvientes del templo en el lugar llamado Casifia, para que nos trajesen ministros para la casa de nuestro Dios.

18 Y nos trajeron según la buena mano de nuestro Dios sobre nosotros, un varón entendido, de los hijos de Mahli hijo de Leví, hijo de Israel; a Serebías con sus hijos y sus hermanos, dieciocho;

19 a Hasabías, y con él a Jesaías de los hijos de Merari, a sus hermanos y a sus hijos, veinte;

20 y de los sirvientes del templo, a quienes David con los príncipes puso para el ministerio de los levitas, doscientos veinte sirvientes del templo, todos los cuales fueron designados por sus nombres.

21 Y publiqué ayuno allí junto al río Ahava, para afligirnos delante de nuestro Dios, para solicitar de él camino derecho para nosotros, y para nuestros niños, y para todos nuestros bienes.

22 Porque tuve vergüenza de pedir al rey tropa y gente de a caballo que nos defendiesen del enemigo en el camino; porque habíamos hablado al rey, diciendo: La mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan; mas su poder y su furor contra todos los que le abandonan.

23 Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios sobre esto, y él nos fue propicio.

24 Aparté luego a doce de los principales de los sacerdotes, a Serebías y a Hasabías, y con ellos diez de sus hermanos;

25 y les pesé la plata, el oro y los utensilios, ofrenda que para la casa de nuestro Dios habían ofrecido el rey y sus consejeros y sus príncipes, y todo Israel allí presente.

26 Pesé, pues, en manos de ellos seiscientos cincuenta talentos de plata, y utensilios de plata por cien talentos, y cien talentos de oro;

27 además, veinte tazones de oro de mil dracmas, y dos vasos de bronce bruñido muy bueno, preciados como el oro.

28 Y les dije: Vosotros estáis consagrados a Jehová, y son santos los utensilios, y la plata y el oro, ofrenda voluntaria a Jehová Dios de nuestros padres.

29 Vigilad y guardadlos, hasta que los peséis delante de los príncipes de los sacerdotes y levitas, y de los jefes de las casas paternas de Israel en Jerusalén, en los aposentos de la casa de Jehová.

30 Los sacerdotes y los levitas recibieron el peso de la plata y del oro y de los utensilios, para traerlo a Jerusalén a la casa de nuestro Dios.

31 Y partimos del río Ahava el doce del mes primero, para ir a Jerusalén; y la mano de nuestro Dios estaba sobre nosotros, y nos libró de mano del enemigo y del acechador en el camino.

32 Y llegamos a Jerusalén, y reposamos allí tres días.

33 Al cuarto día fue luego pesada la plata, el oro y los utensilios, en la casa de nuestro Dios, por mano del sacerdote Meremot hijo de Urías, y con él Eleazar hijo de Finees; y con ellos Jozabad hijo de Jesúa y Noadías hijo de Binúi, levitas.

34 Por cuenta y por peso se entregó todo, y se apuntó todo aquel peso en aquel tiempo.

35 Los hijos de la cautividad, los que habían venido del cautiverio, ofrecieron holocaustos al Dios de Israel, doce becerros por todo Israel, noventa y seis carneros, setenta y siete corderos, y doce machos cabríos por expiación, todo en holocausto a Jehová.

36 Y entregaron los despachos del rey a sus sátrapas y capitanes del otro lado del río, los cuales ayudaron al pueblo y a la casa de Dios.

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1 Ahora bien, estos fueron los cabezas de sus casas paternas y el registro genealógico de los que subieron conmigo de Babilonia durante el reinado de Artajerjes el rey:

2 De los hijos de Finehás: Guersom; de los hijos de Itamar: Daniel; de los hijos de David: Hatús;

3 de los hijos de Secanías, de los hijos de Parós: Zacarías, y con él había un registro de ciento cincuenta varones;

4 de los hijos de Pahat-moab: Elieho-enai hijo de Zerahías, y con él doscientos varones;

5 de los hijos de [Zatú]: Secanías hijo de Jahaziel, y con él trescientos varones;

6 y de los hijos de Adín: Ébed hijo de Jonatán, y con él cincuenta varones;

7 y de los hijos de Elam: Jesayá hijo de Atalía, y con él setenta varones;

8 y de los hijos de Sefatías: Zebadías hijo de Miguel, y con él ochenta varones;

9 de los hijos de Joab: Abdías hijo de Jehiel, y con él doscientos dieciocho varones;

10 y de los hijos de [Baní]: Selomit hijo de Josifías, y con él ciento sesenta varones;

11 y de los hijos de Bebai: Zacarías hijo de Bebai, y con él veintiocho varones;

12 y de los hijos de Azgad: Johanán hijo de Haqatán, y con él ciento diez varones;

13 y de los hijos de Adoniqam, los que fueron los últimos, y estos fueron sus nombres: Elifélet, Jeiel y Semaya, y con ellos sesenta varones;

14 y de los hijos de Bigvai: Utai y Zabbud, y con ellos setenta varones.

15 Y procedí a juntarlos a orillas del río que viene a Ahavá; y nos quedamos acampados allí tres días, para que yo pudiera inquirir acerca del pueblo y los sacerdotes, pero no hallé allí a ninguno de los hijos de Leví.

16 Por lo tanto envié por Eliezer, Ariel, Semaya y Elnatán y Jarib y Elnatán y Natán y Zacarías y Mesulam, cabezas, y por Joiarib y Elnatán, instructores.

17 Entonces les di un mandato respecto a Idó el cabeza en el lugar [llamado] Casifía, y puse en boca de ellos palabras para hablar a Idó [y a] sus hermanos los netineos en el lugar Casifía, para que nos trajeran ministros para la casa de nuestro Dios.

18 De modo que nos trajeron, conforme a la buena mano de nuestro Dios sobre nosotros, un hombre de discreción de los hijos de Mahlí el nieto de Leví hijo de Israel, a saber, a Serebías y sus hijos y sus hermanos, dieciocho;

19 y a Hasabías y con él a Jesayá de los hijos de Merarí, sus hermanos, y sus hijos, veinte.

20 Y de los netineos, a quienes David y los príncipes dieron al servicio de los levitas, doscientos veinte netineos, todos los cuales habían sido designados por [sus] nombres.

21 Entonces proclamé un ayuno allí junto al río Ahavá, para humillarnos delante de nuestro Dios, para buscar de él el camino correcto para nosotros y para nuestros pequeñuelos y para todos nuestros bienes.

22 Porque me dio vergüenza pedir al rey una fuerza militar y hombres de a caballo que nos ayudaran contra el enemigo en el camino, porque habíamos dicho al rey: “La mano de nuestro Dios está sobre todos los que lo buscan para bien, pero su fuerza y su cólera están contra todos los que lo dejan”.

23 Por lo tanto, ayunamos e hicimos solicitud a nuestro Dios acerca de esto, de modo que él se dejó rogar por nosotros.

24 Ahora separé de los jefes de los sacerdotes a doce, a saber, a Serebías, a Hasabías, y con ellos a diez de sus hermanos.

25 Y procedí a pesarles la plata y el oro y los utensilios, la contribución para la casa de nuestro Dios que el rey y sus consejeros y sus príncipes y todos los israelitas que se hallaban habían contribuido.

26 Así que pesé en su mano seiscientos cincuenta talentos de plata y cien utensilios de plata con valor de [dos] talentos, [y] oro, cien talentos,

27 y veinte tazas de oro con valor de mil dáricos, y dos utensilios de buen cobre, de rojo esplendoroso, tan deseable como el oro.

28 Entonces les dije: “Ustedes son algo que es santo a Jehová, y los utensilios son algo santo, y la plata y el oro son una ofrenda voluntaria a Jehová el Dios de sus antepasados.

29 Manténganse alerta y sean vigilantes hasta que [los] pesen delante de los jefes de los sacerdotes y los levitas y los príncipes de los padres de Israel en Jerusalén, en los comedores de la casa de Jehová”.

30 Y los sacerdotes y los levitas recibieron el peso de la plata y el oro y los utensilios, para llevar[los] a Jerusalén, a la casa de nuestro Dios.

31 Por fin partimos del río Ahavá el [día] doce del primer mes para ir a Jerusalén, y la mismísima mano de nuestro Dios resultó estar sobre nosotros, de manera que nos libró de la palma de la mano del enemigo y de la emboscada por el camino.

32 De modo que llegamos a Jerusalén y moramos allí tres días.

33 Y al cuarto día procedimos a pesar la plata y el oro y los utensilios en la casa de nuestro Dios, en la mano de Meremot hijo de Uriya el sacerdote, y con él Eleazar hijo de Finehás, y con ellos Jozabad hijo de Jesúa y Noadías hijo de Binuí, los levitas,

34 por número [y] por peso para todo, después de lo cual todo el peso se puso por escrito en aquel tiempo.

35 Los que salieron del cautiverio, los que habían estado en el destierro, presentaron ellos mismos sacrificios quemados al Dios de Israel, doce toros por todo Israel, noventa y seis carneros, setenta y siete corderos, doce machos cabríos como ofrenda por el pecado, todo como ofrenda quemada a Jehová.

36 Entonces dimos las leyes del rey a los sátrapas del rey y a los gobernadores de más allá del Río, y ellos ayudaron al pueblo y a la casa del Dios [verdadero].