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2 SAMUEL 21 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Hubo hambre en los días de David por tres años consecutivos. Y David consultó a Jehová, y Jehová le dijo: Es por causa de Saúl, y por aquella casa de sangre, por cuanto mató a los gabaonitas.

2 Entonces el rey llamó a los gabaonitas, y les habló. (Los gabaonitas no eran de los hijos de Israel, sino del resto de los amorreos, a los cuales los hijos de Israel habían hecho juramento; pero Saúl había procurado matarlos en su celo por los hijos de Israel y de Judá.)

3 Dijo, pues, David a los gabaonitas: ¿Qué haré por vosotros, o qué satisfacción os daré, para que bendigáis la heredad de Jehová?

4 Y los gabaonitas le respondieron: No tenemos nosotros querella sobre plata ni sobre oro con Saúl y con su casa; ni queremos que muera hombre de Israel. Y él les dijo: Lo que vosotros dijereis, haré.

5 Ellos respondieron al rey: De aquel hombre que nos destruyó, y que maquinó contra nosotros para exterminarnos sin dejar nada de nosotros en todo el territorio de Israel,

6 dénsenos siete varones de sus hijos, para que los ahorquemos delante de Jehová en Gabaa de Saúl, el escogido de Jehová. Y el rey dijo: Yo los daré.

7 Y perdonó el rey a Mefi-boset hijo de Jonatán, hijo de Saúl, por el juramento de Jehová que hubo entre ellos, entre David y Jonatán hijo de Saúl.

8 Pero tomó el rey a dos hijos de Rizpa hija de Aja, los cuales ella había tenido de Saúl, Armoni y Mefi-boset, y a cinco hijos de Mical hija de Saúl, los cuales ella había tenido de Adriel hijo de Barzilai meholatita,

9 y los entregó en manos de los gabaonitas, y ellos los ahorcaron en el monte delante de Jehová; y así murieron juntos aquellos siete, los cuales fueron muertos en los primeros días de la siega, al comenzar la siega de la cebada.

10 Entonces Rizpa hija de Aja tomó una tela de cilicio y la tendió para sí sobre el peñasco, desde el principio de la siega hasta que llovió sobre ellos agua del cielo; y no dejó que ninguna ave del cielo se posase sobre ellos de día, ni fieras del campo de noche.

11 Y fue dicho a David lo que hacía Rizpa hija de Aja, concubina de Saúl.

12 Entonces David fue y tomó los huesos de Saúl y los huesos de Jonatán su hijo, de los hombres de Jabes de Galaad, que los habían hurtado de la plaza de Bet-sán, donde los habían colgado los filisteos, cuando los filisteos mataron a Saúl en Gilboa;

13 e hizo llevar de allí los huesos de Saúl y los huesos de Jonatán su hijo; y recogieron también los huesos de los ahorcados.

14 Y sepultaron los huesos de Saúl y los de su hijo Jonatán en tierra de Benjamín, en Zela, en el sepulcro de Cis su padre; e hicieron todo lo que el rey había mandado. Y Dios fue propicio a la tierra después de esto.

15 Volvieron los filisteos a hacer la guerra a Israel, y descendió David y sus siervos con él, y pelearon con los filisteos; y David se cansó.

16 E Isbi-benob, uno de los descendientes de los gigantes, cuya lanza pesaba trescientos siclos de bronce, y quien estaba ceñido con una espada nueva, trató de matar a David;

17 mas Abisai hijo de Sarvia llegó en su ayuda, e hirió al filisteo y lo mató. Entonces los hombres de David le juraron, diciendo: Nunca más de aquí en adelante saldrás con nosotros a la batalla, no sea que apagues la lámpara de Israel.

18 Otra segunda guerra hubo después en Gob contra los filisteos; entonces Sibecai husatita mató a Saf, quien era uno de los descendientes de los gigantes.

19 Hubo otra vez guerra en Gob contra los filisteos, en la cual Elhanán, hijo de Jaare-oregim de Belén, mató a Goliat geteo, el asta de cuya lanza era como el rodillo de un telar.

20 Después hubo otra guerra en Gat, donde había un hombre de gran estatura, el cual tenía doce dedos en las manos, y otros doce en los pies, veinticuatro por todos; y también era descendiente de los gigantes.

21 Este desafió a Israel, y lo mató Jonatán, hijo de Simea hermano de David.

22 Estos cuatro eran descendientes de los gigantes en Gat, los cuales cayeron por mano de David y por mano de sus siervos.

  X


1 Ahora bien, llegó a haber un hambre en los días de David, por tres años, año tras año; y David procedió a consultar el rostro de Jehová. Entonces Jehová dijo: “Sobre Saúl y sobre su casa hay culpa de sangre, porque dio muerte a los gabaonitas”.

2 De modo que el rey llamó a los gabaonitas y les habló. (A propósito, los gabaonitas no eran de los hijos de Israel, sino del remanente de los amorreos; y los hijos de Israel mismos les habían jurado, pero Saúl procuró derribarlos por sentirse celoso por los hijos de Israel y Judá.)

3 Y David pasó a decir a los gabaonitas: “¿Qué les haré a ustedes, y con qué haré expiación, para que ciertamente bendigan la herencia de Jehová?”.

4 Así que los gabaonitas le dijeron: “No es asunto de plata u oro para nosotros respecto a Saúl y su casa, tampoco es de nosotros dar muerte a hombre alguno en Israel”. A lo que él dijo: “Cualquier cosa que estén diciendo ustedes, se lo haré”.

5 Por lo cual dijeron al rey: “El hombre que nos exterminó y que tramó aniquilarnos para que no subsistiéramos en parte alguna del territorio de Israel...,

6 que se nos den siete hombres de sus hijos; y tendremos que exponérselos a Jehová en Guibeah de Saúl, el escogido de Jehová”. En conformidad, el rey dijo: “Yo mismo los daré”.

7 Sin embargo, el rey le tuvo compasión a Mefibóset hijo de Jonatán hijo de Saúl por causa del juramento de Jehová que había entre ellos, entre David y Jonatán hijo de Saúl.

8 En consecuencia, el rey tomó a Armoní y Mefibóset, los dos hijos de Rizpá hija de Ayá que ella había dado a Saúl, y a los cinco hijos de Mical hija de Saúl que ella había dado a Adriel hijo de Barzilai el meholatita.

9 Entonces los dio en la mano de los gabaonitas, y ellos procedieron a exponerlos en la montaña delante de Jehová, de modo que los siete cayeron juntos; y ellos mismos fueron muertos en los primeros días de la siega, al comienzo de la siega de la cebada.

10 Sin embargo, Rizpá hija de Ayá tomó tela de saco y la extendió para sí sobre la roca desde el comienzo de la siega hasta que el agua llovió a cántaros sobre ellos desde los cielos; y no permitió que las aves de los cielos se posaran sobre ellos de día ni las fieras del campo de noche.

11 Por fin se informó a David lo que había hecho Rizpá hija de Ayá, concubina de Saúl.

12 Así que David fue y tomó los huesos de Saúl y los huesos de Jonatán su hijo de los terratenientes de Jabés-galaad, quienes los habían hurtado de la plaza pública de Bet-san, donde los habían colgado los filisteos el día en que los filisteos derribaron a Saúl en Guilboa.

13 Y procedió a subir de allí los huesos de Saúl y los huesos de Jonatán su hijo; además, recogieron los huesos de los que estaban expuestos.

14 Entonces enterraron los huesos de Saúl y de Jonatán su hijo en la tierra de Benjamín, en Zelá, en la sepultura de Quis su padre, para hacer todo lo que el rey había mandado. De modo que Dios se dejó rogar a favor de la tierra después de esto.

15 Y los filisteos llegaron a tener guerra otra vez con Israel. Por lo tanto David bajó, y sus siervos con él, y pelearon contra los filisteos; y se cansó David.

16 E Isbí-benob, que se contaba entre los nacidos de los refaím, el peso de cuya lanza era trescientos siclos de cobre, y que estaba ceñido con una espada nueva, llegó a pensar en derribar a David.

17 En seguida Abisai hijo de Zeruyá vino en socorro de él y derribó al filisteo y le dio muerte. En aquel tiempo los hombres de David le juraron, diciendo: “¡Ya no debes salir con nosotros a la batalla, para que no extingas la lámpara de Israel!”.

18 Y después de esto aconteció que surgió guerra de nuevo con los filisteos en Gob. Entonces fue cuando Sibecai el husatita derribó a Saf, que se contaba entre los nacidos de los refaím.

19 Y otra vez surgió guerra con los filisteos en Gob, y Elhanán hijo de Jaaré-oreguim el betlemita logró derribar a Goliat el guitita, el asta de cuya lanza era como el enjulio de los obreros del telar.

20 Y aun de nuevo surgió guerra en Gat, cuando sucedió que hubo un hombre de tamaño extraordinario, con seis dedos en cada una de las manos y seis dedos en cada uno de los pies, veinticuatro en número; y él también les había nacido a los refaím.

21 Y siguió desafiando con escarnio a Israel. Por fin Jonatán hijo de Simeí hermano de David lo derribó.

22 Estos cuatro les habían nacido a los refaím en Gat; y llegaron a caer por mano de David y por mano de sus siervos.