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JUECES 7 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Levantándose, pues, de mañana Jerobaal, el cual es Gedeón, y todo el pueblo que estaba con él, acamparon junto a la fuente de Harod; y tenía el campamento de los madianitas al norte, más allá del collado de More, en el valle.

2 Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado.

3 Ahora, pues, haz pregonar en oídos del pueblo, diciendo: Quien tema y se estremezca, madrugue y devuélvase desde el monte de Galaad. Y se devolvieron de los del pueblo veintidós mil, y quedaron diez mil.

4 Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí te los probaré; y del que yo te diga: Vaya éste contigo, irá contigo; mas de cualquiera que yo te diga: Este no vaya contigo, el tal no irá.

5 Entonces llevó el pueblo a las aguas; y Jehová dijo a Gedeón: Cualquiera que lamiere las aguas con su lengua como lame el perro, a aquél pondrás aparte; asimismo a cualquiera que se doblare sobre sus rodillas para beber.

6 Y fue el número de los que lamieron llevando el agua con la mano a su boca, trescientos hombres; y todo el resto del pueblo se dobló sobre sus rodillas para beber las aguas.

7 Entonces Jehová dijo a Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré, y entregaré a los madianitas en tus manos; y váyase toda la demás gente cada uno a su lugar.

8 Y habiendo tomado provisiones para el pueblo, y sus trompetas, envió a todos los israelitas cada uno a su tienda, y retuvo a aquellos trescientos hombres; y tenía el campamento de Madián abajo en el valle.

9 Aconteció que aquella noche Jehová le dijo: Levántate, y desciende al campamento; porque yo lo he entregado en tus manos.

10 Y si tienes temor de descender, baja tú con Fura tu criado al campamento,

11 y oirás lo que hablan; y entonces tus manos se esforzarán, y descenderás al campamento. Y él descendió con Fura su criado hasta los puestos avanzados de la gente armada que estaba en el campamento.

12 Y los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente estaban tendidos en el valle como langostas en multitud, y sus camellos eran innumerables como la arena que está a la ribera del mar en multitud.

13 Cuando llegó Gedeón, he aquí que un hombre estaba contando a su compañero un sueño, diciendo: He aquí yo soñé un sueño: Veía un pan de cebada que rodaba hasta el campamento de Madián, y llegó a la tienda, y la golpeó de tal manera que cayó, y la trastornó de arriba abajo, y la tienda cayó.

14 Y su compañero respondió y dijo: Esto no es otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joás, varón de Israel. Dios ha entregado en sus manos a los madianitas con todo el campamento.

15 Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, adoró; y vuelto al campamento de Israel, dijo: Levantaos, porque Jehová ha entregado el campamento de Madián en vuestras manos.

16 Y repartiendo los trescientos hombres en tres escuadrones, dio a todos ellos trompetas en sus manos, y cántaros vacíos con teas ardiendo dentro de los cántaros.

17 Y les dijo: Miradme a mí, y haced como hago yo; he aquí que cuando yo llegue al extremo del campamento, haréis vosotros como hago yo.

18 Yo tocaré la trompeta, y todos los que estarán conmigo; y vosotros tocaréis entonces las trompetas alrededor de todo el campamento, y diréis: ¡Por Jehová y por Gedeón!

19 Llegaron, pues, Gedeón y los cien hombres que llevaba consigo, al extremo del campamento, al principio de la guardia de la medianoche, cuando acababan de renovar los centinelas; y tocaron las trompetas, y quebraron los cántaros que llevaban en sus manos.

20 Y los tres escuadrones tocaron las trompetas, y quebrando los cántaros tomaron en la mano izquierda las teas, y en la derecha las trompetas con que tocaban, y gritaron: ¡Por la espada de Jehová y de Gedeón!

21 Y se estuvieron firmes cada uno en su puesto en derredor del campamento; entonces todo el ejército echó a correr dando gritos y huyendo.

22 Y los trescientos tocaban las trompetas; y Jehová puso la espada de cada uno contra su compañero en todo el campamento. Y el ejército huyó hasta Bet-sita, en dirección de Zerera, y hasta la frontera de Abel-mehola en Tabat.

23 Y juntándose los de Israel, de Neftalí, de Aser y de todo Manasés, siguieron a los madianitas.

24 Gedeón también envió mensajeros por todo el monte de Efraín, diciendo: Descended al encuentro de los madianitas, y tomad los vados de Bet-bara y del Jordán antes que ellos lleguen. Y juntos todos los hombres de Efraín, tomaron los vados de Bet-bara y del Jordán.

25 Y tomaron a dos príncipes de los madianitas, Oreb y Zeeb; y mataron a Oreb en la peña de Oreb, y a Zeeb lo mataron en el lagar de Zeeb; y después que siguieron a los madianitas, trajeron las cabezas de Oreb y de Zeeb a Gedeón al otro lado del Jordán.

  X


1 Entonces Jerubaal, es decir, Gedeón, y toda la gente que estaba con él, madrugaron y se pusieron a acampar junto al pozo de Harod; y el campamento de Madián se hallaba al norte de él, junto a la colina de Moré, en la llanura baja.

2 Jehová ahora dijo a Gedeón: “La gente que está contigo es demasiada para que yo dé a Madián en su mano. Israel tal vez se gloriaría contra mí, y diría: ‘Mi mano fue la que me salvó’.

3 Y ahora proclama, por favor, a oídos del pueblo, y di: ‘¿Quién hay que tema y tiemble? Que se retire’”. De modo que Gedeón los puso a prueba. Con eso, veintidós mil de los del pueblo se retiraron, y hubo diez mil que quedaron.

4 Sin embargo, Jehová dijo a Gedeón: “Todavía hay demasiada gente. Hazlos bajar al agua para ponértelos a prueba allí. Y tiene que suceder que del que yo te diga: ‘Este irá contigo’, él es uno que irá contigo, pero todo aquel de quien te diga: ‘Este no te acompañará’, él es uno que no irá”.

5 De modo que él hizo que la gente bajara al agua. Entonces Jehová dijo a Gedeón: “A todo el que lama un poco del agua con la lengua tal como lame el perro, lo pondrás aparte, también a todo el que se doble sobre las rodillas para beber”.

6 Y el número de los que lamieron con la mano a la boca resultó ser trescientos hombres. En cuanto a toda la demás gente, se dobló sobre las rodillas para beber agua.

7 Jehová ahora dijo a Gedeón: “Por los trescientos hombres que lamieron [el agua] los salvaré, y daré a Madián en tu mano. En cuanto a toda la otra gente, que se vaya cada uno a su lugar”.

8 De modo que tomaron en la mano las provisiones de la gente, y sus cuernos, y a todos los hombres de Israel los envió, cada cual a su hogar; y retuvo a los trescientos hombres. En cuanto al campamento de Madián, este se hallaba más abajo de él, en la llanura baja.

9 Y durante aquella noche aconteció que Jehová procedió a decirle: “Levántate, desciende sobre el campamento, porque lo he dado en tu mano.

10 Pero si temes descender, desciende con Purá tu servidor, al campamento.

11 Y tienes que escuchar lo que hablarán, y después tus manos ciertamente se pondrán fuertes, y de seguro descenderás sobre el campamento”. Con eso, él y Purá su servidor fueron bajando hasta el borde de los que, en orden de batalla, se hallaban en el campamento.

12 Ahora bien, Madián y Amaleq y todos los orientales se hallaban echados en la llanura baja, tan numerosos como las langostas; y sus camellos eran sin número, tan numerosos como los granos de arena que están en la orilla del mar.

13 Ahora llegó Gedeón, y, ¡mire!, un hombre estaba contando un sueño a su compañero, y pasó a decir: “Aquí está un sueño que he soñado. Y, ¡mira!, había una torta redonda de pan de cebada que entraba dando vuelta tras vuelta en el campamento de Madián. Entonces llegó a una tienda y le dio de modo que esta cayó, y fue volcándola de arriba abajo, y la tienda cayó a plomo”.

14 Ante esto, su compañero contestó y dijo: “Esta no es otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joás, un hombre de Israel. El Dios [verdadero] ha dado en su mano a Madián y todo el campamento”.

15 Y aconteció que, en cuanto Gedeón oyó el relato del sueño y su explicación, empezó a adorar. Después de eso volvió al campamento de Israel y dijo: “Levántense, porque Jehová ha dado el campamento de Madián en mano de ustedes”.

16 Entonces dividió a los trescientos hombres en tres partidas, y puso cuernos en las manos de todos ellos, y jarrones vacíos, y antorchas dentro de los jarrones.

17 Y pasó a decirles: “Deben aprender al observarme, y así es como deben hacer ustedes. Y cuando yo llegue al borde del campamento, entonces tiene que suceder que tal como yo haga, así harán ustedes.

18 Cuando yo haya tocado el cuerno, yo y todos los que están conmigo, entonces ustedes tienen que tocar los cuernos, ustedes también, alrededor de todo el campamento, y tienen que decir: ‘¡De Jehová y de Gedeón!’”.

19 Con el tiempo Gedeón llegó con los cien hombres que estaban con él al borde del campamento cuando comenzaba la vigilia intermedia de la noche. Justamente se había acabado de apostar a los centinelas. Y ellos procedieron a tocar los cuernos, y hubo un romper violento de los jarrones para agua que llevaban en las manos.

20 En esto, las tres partidas tocaron los cuernos e hicieron añicos los jarrones y asieron de nuevo las antorchas con la mano izquierda, y con la mano derecha los cuernos para tocarlos, y empezaron a gritar: “¡La espada de Jehová y de Gedeón!”.

21 Todo este tiempo se quedaron de pie, cada uno en su lugar todo en derredor del campamento, y el campamento entero echó a correr y rompió a gritar y se fue huyendo.

22 Y los trescientos continuaron tocando los cuernos, y Jehová procedió a poner la espada de cada uno contra el otro en todo el campamento; y el campamento siguió huyendo hasta Bet-sitá, adelante a Zererá, hasta las afueras de Abel-meholá, junto a Tabat.

23 Entretanto, los hombres de Israel fueron convocados de Neftalí y Aser y todo Manasés, y se pusieron a correr tras de Madián.

24 Y Gedeón envió mensajeros por toda la región montañosa de Efraín, y dijo: “Bajen al encuentro de Madián y tomen antes que ellos las aguas hasta Bet-bará y el Jordán”. De modo que todos los hombres de Efraín fueron convocados, y lograron tomar las aguas hasta Bet-bará y el Jordán.

25 También lograron capturar a los dos príncipes de Madián, a saber, Oreb y Zeeb; y procedieron a matar a Oreb en la roca de Oreb, y mataron a Zeeb en la tina de lagar de Zeeb. Y continuaron persiguiendo a Madián, y trajeron la cabeza de Oreb y la de Zeeb a Gedeón, en la región del Jordán.