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JOB 1 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.

2 Y le nacieron siete hijos y tres hijas.

3 Su hacienda era siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas, y muchísimos criados; y era aquel varón más grande que todos los orientales.

4 E iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas para que comiesen y bebiesen con ellos.

5 Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días.

6 Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás.

7 Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: De rodear la tierra y de andar por ella.

8 Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?

9 Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde?

10 ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra.

11 Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia.

12 Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová.

13 Y un día aconteció que sus hijos e hijas comían y bebían vino en casa de su hermano el primogénito,

14 y vino un mensajero a Job, y le dijo: Estaban arando los bueyes, y las asnas paciendo cerca de ellos,

15 y acometieron los sabeos y los tomaron, y mataron a los criados a filo de espada; solamente escapé yo para darte la noticia.

16 Aún estaba éste hablando, cuando vino otro que dijo: Fuego de Dios cayó del cielo, que quemó las ovejas y a los pastores, y los consumió; solamente escapé yo para darte la noticia.

17 Todavía estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Los caldeos hicieron tres escuadrones, y arremetieron contra los camellos y se los llevaron, y mataron a los criados a filo de espada; y solamente escapé yo para darte la noticia.

18 Entre tanto que éste hablaba, vino otro que dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito;

19 y un gran viento vino del lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, la cual cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para darte la noticia.

20 Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró,

21 y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.

22 En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno.

  X


1 Sucedió que en la tierra de Uz hubo un hombre cuyo nombre era Job; y aquel hombre resultó sin culpa y recto, y temeroso de Dios y apartado del mal.

2 Y llegaron a nacerle siete hijos y tres hijas.

3 Y su ganado llegó a ser siete mil ovejas y tres mil camellos y quinientas yuntas de reses vacunas y quinientas asnas, junto con una servidumbre muy grande; y aquel hombre llegó a ser el más grande de todos los orientales.

4 Y sus hijos iban y celebraban un banquete en la casa de cada uno en su propio día; y mandaban a invitar a sus tres hermanas a comer y beber con ellos.

5 Y ocurría que, cuando los días de banquetear habían hecho el circuito completo, Job enviaba y los santificaba; y se levantaba muy de mañana y ofrecía sacrificios quemados conforme al número de todos ellos; porque, decía Job, “quizás mis hijos hayan pecado y hayan maldecido a Dios en su corazón”. Así hacía Job siempre.

6 Ahora bien, llegó a ser el día en que los hijos del Dios [verdadero] entraban para tomar su puesto delante de Jehová, y hasta Satanás procedió a entrar allí mismo entre ellos.

7 Entonces Jehová dijo a Satanás: “¿De dónde vienes?”. Ante esto, Satanás contestó a Jehová y dijo: “De discurrir por la tierra y de andar por ella”.

8 Y Jehová pasó a decir a Satanás: “¿Has fijado tu corazón en mi siervo Job, que no hay ninguno como él en la tierra, un hombre sin culpa y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?”.

9 Ante esto, Satanás contestó a Jehová y dijo: “¿Ha temido Job a Dios por nada?

10 ¿No has puesto tú mismo un seto [protector] alrededor de él y alrededor de su casa y alrededor de todo lo que tiene en todo el derredor? La obra de sus manos has bendecido, y su ganado mismo se ha extendido en la tierra.

11 Pero, para variar, sírvete alargar la mano, y toca todo lo que tiene, [y ve] si no te maldice en tu misma cara”.

12 Por consiguiente, Jehová dijo a Satanás: “¡Mira! Todo lo que tiene está en tu mano. ¡Solo que contra él mismo no alargues la mano!”. De manera que Satanás salió de ante la persona de Jehová.

13 Ahora bien, llegó a ser el día en que sus hijos y sus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito.

14 Y llegó un mensajero a Job, y procedió a decir: “Las reses vacunas mismas estaban arando y las asnas pastando al lado de ellas

15 cuando vinieron los sabeos haciendo una incursión y tomándolas, y a los servidores los derribaron a filo de espada; y yo logré escapar, yo solo, para informártelo”.

16 Mientras este todavía estaba hablando, llegó aquel y procedió a decir: “El mismísimo fuego de Dios cayó de los cielos, y fue ardiendo entre las ovejas y los servidores, y comiéndoselos; y yo logré escapar, yo solo, para informártelo”.

17 Mientras ese todavía estaba hablando, llegó otro y procedió a decir: “Los caldeos formaron tres partidas y fueron lanzándose contra los camellos y tomándolos, y a los servidores los derribaron a filo de espada; y yo logré escapar, yo solo, para informártelo”.

18 Mientras este otro todavía estaba hablando, llegó otro más y procedió a decir: “Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito.

19 Y, ¡mira!, vino un gran viento de la región del desierto, y se puso a golpear las cuatro esquinas de la casa, de manera que esta cayó sobre los jóvenes, y murieron. Y yo logré escapar, yo solo, para informártelo”.

20 Y Job procedió a levantarse, y a rasgar su vestidura sin mangas, y a cortarse el cabello de la cabeza, y a caer en tierra e inclinarse

21 y decir: “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová mismo ha dado, y Jehová mismo ha quitado. Continúe siendo bendito el nombre de Jehová”.

22 En todo esto Job no pecó, ni atribuyó nada impropio a Dios.